domingo, 4 de junio de 2017

Indian Garden (Un viaje a los sabores, olores y colores de la India)



Mi primera experiencia con la comida de la India, había sido hace ya unos 5 años y no había sido de las mejores. Pero no por su sabor, si no por lo escasa en relación al precio, y el que nos dieran los platos intercambiados y me llevara a la boca un trozo de cordero, carne que no soporto.
Ayer, era un día de esos sin mayores expectativas, similar a lo que era el clima en Santiago: gris y frío. Eso, hasta que recibo un llamado: "Vamos a almorzar comida de la India, ¿Te sumas?". Sin pensarlo respondí que sí y a las dos horas, estaba a la entrada de Indian Garden.
Es un local pequeño en pleno centro de Santiago. Debo reconocer, que me gustan los restaurantes de poco tamaño, porque siempre he tenido la sensación que la comida está hecha con más cariño y tendrá un gusto más 'casero'. Al ser pequeño el local, las mesas también se hacen menos espaciosas y estrechas, más aún cuando llegan los platos (por suerte). 
Ya con la carta en mano (también tienen menú más económico), lo primero que hice fue buscar con ansias el que en algún lugar pudiera leer, 'Indian Butter Chicken', que si bien entiendo no es de origen propiamente tal de la nación asiática, si no, una fusión Indio-Canadiense, que probé en Toronto, tenía la vaga esperanza que lo tuvieran. No fue así.
Al principio me sentí un poco presionado por la chica que atendió nuestra mesa, en cuanto a querer tomar nuestro pedido con premura. Al menos yo, necesitaba mis minutos, ya que no era fácil elegir entre Chicken Dhania, Makhanwalam, Kurma, Khadai, Bhim Alu, etc, ya que no conocía ninguno de los platos.
Lo que si tenía claro, es que para beber quería un Lassi, que para los que no lo conocen, no se trata del perro famoso en la televisión de los 80's, si no, una bebida refrescante en base a yogurth natural con pulpa de mango.
El 'Lassi', estaba delicioso, frío, suave y con el dulzor preciso. Por lejos mil veces mejor que el último que tomé en la Expo India en la Plaza del Aviador en Providencia, que parecía más una papilla de guagua.
Antes de continuar, quiero señalar algo que considero importante para quienes pretenden incursionar en la comida de India: No piensen que se les pasó la mano con los condimentos, ellos cocinan con muchos condimentos y especias, donde el curry es el producto estrella.
Otro tema importante: La comida de India, se come con picante. De hecho recordando mi paso por Toronto, Canadá, donde hay una gran oferta gastronómica de la nación asiática, por más que uno decía en inglés tarzanesco: "Not Spicy", igual te lo daban picante. Bueno, ¡Tranquilidad compatriotas! porque en Indian Garden, hay una escala de 1 a 6 en cuanto a grado de picante, siendo 1 la menor, y 6, la mayor. Pero también teniendo la posibilidad de pedirle sin picante, así que, problema resuelto.
Volviendo a 'Indian Garden', éramos cuatro personas las que fuimos. De entrada y para compartir, uno de mis amigos pidió 2 porciones de 'samosa', que eran empanaditas de verduras. La presentación no se si era de las mejores, en cuanto al dorado de la masa, que pareciera se les anduvo pasando unos minutitos. Ahora, ¿El sabor? Lo que esperaba, abundante en condimentos y especias, lo que me encantó, porque eso es lo que uno va a buscar en la comida de India. Por ahí se pierde un poco la capacidad de individualizar las verduras que hay al interior de la empanada, cosa que la verdad, pasa un poco a segundo plano, al verse inundado por esa oleada de sabor (y olor), una vez que se dio el primer mordisco.
Pasando a los platos de fondo. Una de mis amigas, pidió Lamb Shashi Kurma, que era trozos de cordero en una suave salsa de almendra, levemente condimentado. Con su plato recordé un episodio de 'El Chavo del 8', cuando revisaba unos dibujos el Profesor 'Jirafales' y muestra una hoja en blanco y el Chavo sonriente le señala que ese es su dibujo. El profesor le dice: "¿Y esto qué es?", a lo que el personaje de Chespirito responde: "Una vaca comiendo pasto". Ante eso le interrogan: "¿Y el Pasto?". El Chavo responde: "Se lo comió la vaca". "¿Y la vaca?", le dice el apodado 'Maestro Longaniza', quien recibe por respuesta: "Se fue una vez que se comió el pasto". Bueno, algo me dice que el plato de mi amiga, era algo similar llevado a una comida, porque el cordero no se veía por ninguna parte, salvo unos pedacitos minúsculos y escasos, en una salsa que más parecía sopa. Al menos, en cuanto a sabor, quedó muy conforme. No como cordero por cierta tranca infantil, así que no probé de su plato.
Yo pedí Vegetable Kofta, que eran 4 albondigas vegetarianas, acompañadas de una salsa bastante rica que confieso olvidé preguntar de qué era. Las albondigas, yo lo podría asociar a como un charquicán de verduras con curry, transformado en albondigas. Aprobado totalmente, y a pesar que se podría pensar que sólo son 4, son en términos coloquiales, bastante 'llenadoras'.
Como quería darme un festín, también pedí Chicken Tikka Masala, que era pollo asado al tandor y guisado en salsa de masala. El Masala, está hecho en base a tomate, cebolla, más curry y 36 finos condimentos mezclados, que es una de las salsas base de las comidas tradicionales de la India.
Este plato, también lo encontré delicioso, aunque acá si hubiese deseado un poquito más de trocitos de pollo, pero sólo por gula, ya que me encantó, aparte, como digo, la comida de India, hay que disfrutarla con el gusto, el olfato y también con la vista, y ese rojo furioso que tenía el plato, terminaba por complementar el buen aroma y sabor de la preparación.
Tanto el Chicken Tikka Masala, como el Vegetable Kofta, lo acompañé con un arroz vegetable Biryani, que era el típico arroz basmati (que significa 'reina de las fragancias') con un leve toque de masala, con arvejitas y choclo. Esta vez el anaranjado se adueñaba del plato. El arroz, graneado de forma perfecta. El suave toque de canela, se agradece.
De postre, gentileza de la casa, disfrutamos de 'Golab Jamun', que eran unas bolitas de masa, me da la sensación que en base de leche con un rico almíbar, que fue el punto cúlmine a una gran jornada donde el tres de los sentidos: gusto, olfato y vista, estuvieron de fiesta. Pudo ser un cuarto: El oído, si hubiera habido una suave música de la India en vez de la final de la Champions League, aunque como soy fanático del fútbol, se entiende.