sábado, 10 de diciembre de 2016

BomBar

Tuve la suerte de ser invitado al BomBar a almorzar. Asistí sin prejuicios. El lugar lo primero que refleja es tranquilidad, ya que al ingresar, se puede respirar aliviado de que no estará hacinado con mesas pegadas a la de uno. Es espacioso y con una buena separación entre mesa y mesa. Cómodas, al igual que sus sillas, que aunque parezca un detalle, en otros lugares, he estado sentado en sillas muy incómodas que a uno lo obligan a almorzar rápido.

La atención de Llorens, un catalán de tomo y lomo, es amistosa, educada y deferente.

La entrada, una sopa de apio. No me gusta mucho el apio, por lo mismo no me lo imaginaba mucho en sopa, pero por ese mismo motivo es que pedí la sopa, y la encontré muy rica, con la textura precisa y el sabor que se apoderaba de los sentidos. Lamentablemente, por error mío, me excedí un poco con la pimienta.

El plato principal fue Boeuf bourguignon con mote. De partida supe que había acertado con mi elección, al saber que el chef es de origen francés.

El Boeuf bourguignon es un plato tradicional de Francia. Es un estofado de buey cocinado en vino tinto, ajo, cebolla, zanahorias y hierbas aromáticas. Se suele acompañar con alguna guarnición, en este caso, con un toque chileno: Mote.
La verdad es que hace mucho no probaba algo nuevo para mi, que encontrara tan rico. El sabor de la carne, suave, blanda y sabrosa, junto al mote, del cual me declaro fanático y la salsa con su gusto a vino, hacen una perfecta combinación, que me podrían perfectamente haber tenido toda la tarde repitiéndome el plato.

De postre un mousse de chocolate blanco, como punto final a un almuerzo que me dejó muy sorprendido y con ganas de volver al Bombar, que por cierto, tiene mesas al aire libre y cumple con todas las características de un buen bar para pasar en el after office.

Recomendado totalmente.

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