jueves, 12 de marzo de 2015

Pizzería 'Los Insaciables' (Efectivamente no saciaron mi hambre)

(Si bien la foto está tomada del facebook del local, debe ser muy referencial, porque al menos yo, no vi nada parecido).

Siempre he soñado con la pizza perfecta, aunque la verdad nunca he tenido claro qué busco. Desconozco que sería lo que provoca que una pizza sea ideal. Por lo menos en mi caso pretendo una donde no escasee el queso, donde los ingredientes no estén contados y distribuidos estratégicamente, donde la mezcla de sabores no se estorbe uno con otro. La masa obvio es clave, creo que a la piedra es insuperable, si parece un pan de campo con queso arriba, nada que hacer. Una vez, recuerdo creí que la pizza perfecta era con queso de cabra, carne molida y aceitunas sevillanas y me la hice. No fue lo que esperaba.

Volviendo a la pizza perfecta, creo haberla comido en Buenos Aires, pero nunca me he resignado a que en Santiago no exista la pizza perfecta. Buscando y buscando y por recomendaciones del boca a boca, supe de la existencia de 'Los Insaciables' y para allá fui.

La verdad, a mi que me gusta extenderme en detalles y tratar de ser lo más descriptivo posible en cuanto a todo tipo de detalles, para ayudar a tomar una decisión respecto a quién iría a un local por primera vez, bien informada.

Lamentablemente mi opinión de 'Los Insaciables', creo que no cumplirá con esas características, porque la verdad mi visita fue nefasta, salvo por la compañía.

Cuesta analizar cuando a mi compañía de aquél día le traen un pisco sour en una copa donde estaban marcados con rush unos labios, y no precisamente de ella, que ese día no lo usaba.

Fue una publicidad engañosa y eso hay que decirlo con todas sus letras. ¿Por qué? Porque una hora antes de que se cumpliera el horario en que regía la 'Pizza libre', no se vio más a nadie repartiendo los mini trocitos de pizza que ofrecían por las mesas.

Otro detalle, cuando todavía pasaban los meseros ofreciendo los mini trocitos, la variedad ofertada no existía, siempre la misma. Tuve que hacer la observación y recién ahí aparecieron distintas preparaciones.

Sobre los mini trocitos de pizza, que creo se acercan más al concepto 'canapé', y tratando de opinar respecto a los sabores, las pizzas eran pobres en cuanto a ingredientes, a decir verdad, muy pobres. Queso por momentos tiendo a creer que no tenían. No miento en que en alguno de los mini trocitos, por ejemplo había UN pedacito de tomate o UN pedacito de pimentón. Creo que hasta me molesta recordar aquella experiencia. Por ahí alguien dirá: “Son pizzas gourmet”, ¡Patrañas! Los de la Pizzeria Brandi en Napoli se pondrían un tiro con sólo ver una foto de los mini trocitos de 'Los Insaciables'.

Lo único bueno de este local ubicado en Andrés de Fuenzalida 40, en Providencia, es el nombre, porque obviamente con esos mini trocitos, con algún pedacito de algo sobre masa es imposible quedar saciado, así que al menos 'Los Insaciables' tienen buen nombre.


Lo que es yo. Nunca más me asomo por allá.

lunes, 2 de marzo de 2015

Puerto De la Barra (Comida mediterránea)

Tuve la suerte de ir a conocer Puerto De la Barra gracias a una invitación de Zomato. Antes de continuar, no se por qué siento la necesidad de confesarme poco aventurero en cuanto a sabores nuevos. Luego de esta ventana continúo. Había escuchado mucho acerca del Barrio Italia y los buenos restaurantes que cobija y por lo mismo me sentó de maravillas el voucher para visitar Puerto De la Barra, lo que se puede resumir en una confortable jornada.

La primera señal positiva en cuanto a lo que viviría en Puerto De la Barra, fue cuando a las 15:30 horas realicé una visita previa para hacer algunas consultas (Fui personalmente por la cercanía del local con mi trabajo) y fui recibido como si me conocieran de toda la vida. Una recepción amistosa marca la diferencia.

Ya en la noche la atención fue deferente, detallista y amistosa. La entrada fueron unos Rolls Thai Kani Kama, los que estaban envueltos en papel de arroz, rellenos de queso crema, lechuga, palmitos o kani kama y palta. Estos quedaban muy ricos con la limoneta oriental con que venían acompañados. En cuanto a sabor, reconozco me costó habituarme a la textura del papel de arroz, la que encuentro un poco gomosa. Pero en cuanto a la proporción de sabores, era la precisa, ningún ingrediente anulaba a otro.

De fondo pedí un Solomillo de cerdo a la catalana. Esto era el típico filete de cerdo marinado en finas yerbas, acompañado de una pequeña porción de tortilla catalana (en verdad que era pequeña, esperaba mucho más en cantidad y sabor de ésta) y vegetales salteados en aceite de oliva. Sobre el solomillo nada que decir, estaba a punto y sabroso (El solomillo es el único corte de cerdo que puede comerse 'a punto'). Ahora confieso que al momento de comer carne a mi me gusta muy cocida, casi seca o como yo le llamo: “tipo rueda de bicicleta”, por lo que pedí que me la cocieran más. Cuando el plato llegó a mi mesa pensé: “Guatié. Este plato es chico y quedaré con hambre”. Error, la porción era totalmente adecuada, es más, terminé apenas.

Lo mejor vino al momento del postre. Helado de queso philadelphia con vodka y salsa de berries. El helado era más bien salado, por lo que el dulzor lo daba la salsa de frutos rojos. La verdad, la salsa era poca, pero justo en ese momento se acerca el propio chef a preguntar acerca del postre y al saber de que estaba un poco escaso de salsa, él fue por más y agregó unos trozos de queso azul para mezclarlos con el helado, exquisita opción.

Para el final una pequeña pero grata y amistosa conversación con el dueño, que tuvo la deferencia de acercarse a la mesa, detalle que se agradece.


En cuanto al local, es cómodo, aislado de los ruidos de la ciudad, buena iluminación, con un toque hogareño que da la madera. La única crítica que se podría hacer (por lo menos al ir en verano) es que se encierra mucho el calor, pues el Sol da de frente durante el atardecer. Se supliría ese detalle agregando un par de ventiladores.  

Crédito fotografía: PuertoDeLaBarra.cl