Tuve la suerte de ir a conocer Puerto
De la Barra gracias a una invitación de Zomato. Antes de continuar, no se por qué siento la necesidad de confesarme poco aventurero en
cuanto a sabores nuevos. Luego de esta ventana continúo. Había
escuchado mucho acerca del Barrio Italia y los buenos restaurantes que
cobija y por lo mismo me sentó de maravillas el voucher para visitar
Puerto De la Barra, lo que se puede resumir en una confortable
jornada.
La primera señal positiva en cuanto a
lo que viviría en Puerto De la Barra, fue cuando a las 15:30 horas
realicé una visita previa para hacer algunas consultas (Fui
personalmente por la cercanía del local con mi trabajo) y fui
recibido como si me conocieran de toda la vida. Una recepción
amistosa marca la diferencia.
Ya en la noche la atención fue
deferente, detallista y amistosa. La entrada fueron unos Rolls Thai
Kani Kama, los que estaban envueltos en papel de arroz, rellenos de
queso crema, lechuga, palmitos o kani kama y palta. Estos quedaban
muy ricos con la limoneta oriental con que venían acompañados. En
cuanto a sabor, reconozco me costó habituarme a la textura del papel
de arroz, la que encuentro un poco gomosa. Pero en cuanto a la
proporción de sabores, era la precisa, ningún ingrediente anulaba a
otro.
De fondo pedí un Solomillo de cerdo a
la catalana. Esto era el típico filete de cerdo marinado en finas
yerbas, acompañado de una pequeña porción de tortilla catalana (en
verdad que era pequeña, esperaba mucho más en cantidad y sabor de
ésta) y vegetales salteados en aceite de oliva. Sobre el solomillo
nada que decir, estaba a punto y sabroso (El solomillo es el único corte de cerdo que puede comerse 'a punto'). Ahora confieso que al
momento de comer carne a mi me gusta muy cocida, casi seca o como yo
le llamo: “tipo rueda de bicicleta”, por lo que pedí que me la
cocieran más. Cuando el plato llegó a mi mesa pensé: “Guatié.
Este plato es chico y quedaré con hambre”. Error, la porción era
totalmente adecuada, es más, terminé apenas.
Lo mejor vino al momento del postre.
Helado de queso philadelphia con vodka y salsa de berries. El helado
era más bien salado, por lo que el dulzor lo daba la salsa de frutos
rojos. La verdad, la salsa era poca, pero justo en ese momento se
acerca el propio chef a preguntar acerca del postre y al saber de que estaba un poco escaso de salsa, él fue por más y
agregó unos trozos de queso azul para mezclarlos con el helado,
exquisita opción.
Para el final una pequeña pero grata y
amistosa conversación con el dueño, que tuvo la deferencia de
acercarse a la mesa, detalle que se agradece.
En cuanto al local, es cómodo, aislado
de los ruidos de la ciudad, buena iluminación, con un toque hogareño
que da la madera. La única crítica que se podría hacer (por lo
menos al ir en verano) es que se encierra mucho el calor, pues el Sol
da de frente durante el atardecer. Se supliría ese detalle agregando un
par de ventiladores.
Crédito fotografía: PuertoDeLaBarra.cl
No hay comentarios:
Publicar un comentario