Hoy ha comenzado un nuevo fin de semana santo para el mundo católico. Desde que uno nace en el contexto de una familia católica a la “chilena” a uno le inculcan que no se come carne. Actualmente es una tradición que no es el lugar para analizar, pero si destacar, muy arraigada en la sociedad, esto lo digo para los amigos extranjeros. Es así que en estos días, el precio de pescados, mariscos y ensaladas sube considerablemente, y por lo mismo muchos optan por ir a restaurantes que mantienen sus valores.
Siempre he dicho que no soy para nada fanático de los mariscos, prefiero algunos pescados, de hecho, recordada es la anécdota en mi familia de un día que llegué muerto de hambre y abro el refrigerador para comer con lo que sea un pedazo de marraqueta y veo el buen pote de pebre, lo unto gozando el momento, dado mi placer por el ají y cuál es mi sorpresa cuando me llevo el pan a la boca y me doy cuenta que el pote lo que tenía era piure, casi me morí... Pero volviendo a la tradición chilena de comer pescados y mariscos, es que me he decidido a escribir de mi experiencia en 'Don Gaviota', ubicado en Recoleta.
Fui junto a mis ex compañeros de trabajo por recomendación de uno de ellos. La ambientación es agradable, inspirada en el mundo marino, un poco desordenada, pero cálida.
La atención también es un punto destacable. Amistosa y rápida.
Ahora analizando la comida. Las machas a la parmesana, me gustaron, desconozco si existe un calibre, o distintas medidas para las machas según su tamaño, pero si existiera... en 'Don Gaviota' compran las más chicas. De todas formas aprueba, sabrosas y en su punto.
La Reineta a la plancha quedó un en deuda. Sentí que estaba hecha con poco cariño, apurada y sin prestarle atención mientras se cocinaba, de hecho se les anduvo quemando notoriamente y el puré estaba más cercano a estar frío, que caliente.
Los camarones al pil pil, fue como una experiencia en Telepizza, es decir, saber que contaron y distribuyeron estratégicamente los ingredientes.
Ahora, para mala suerte de 'Don Gaviota', como no soy amigo de los mariscos y en general de los productos del mar, los pocos que me gustan, los mido con una vara muy alta y entre suma y resta, para mi: no aprueba.
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