viernes, 30 de enero de 2015

La Terraza (Sector Plaza Italia)

Generalmente quienes nos consideramos fanáticos de la buena mesa, nos encontramos con que usualmente los buenos restaurants suelen ser tacaños con la cantidad de comida. Muchas veces cuando vemos el plato en la mesa pensamos: “me quedará en una muela”. Viendo Máster Chef he aprendido que la cantidad de alimento que debe llevar un plato, está debidamente estudiado y las cantidades no están sujetas al azar, pero yo soy un glotón y me gusta una buena porción, más si estoy pagando.

En 2011, debido a mi trabajo en un canal, que usó las dependencias de la antigua casona del Comité Olímpico de Chile en Vicuña Mackenna, conocí 'La Terraza'. Fuimos un grupo y todos pedimos platos con carne, salvo uno, que solicitó raviolis.

Fue ahí que aprendí el primer mandamiento de los asiduos a ese local: La especialidad son los platos con carne, en otros, saldrá decepcionado. Luego de ver esos raviolis que seguramente eran de esos envasados y que no superan los 600 pesos en su paquete, uno no podía pensar la sorpresa que vendría con los siguientes platos. Yo pedí milanesa, y ésta ocupaba casi todo el plato, solo comparable a unas que comí en Avellaneda, Buenos Aires. Otro pidió chuletas y recordé esas costillas que le ponían a Pedro Picapiedra en el troncomovil cuando daban la canción final. Los pedidos con carne son muy contundentes.

Con mis constantes ida a los largo de ese 2011 y en todos estos años que le han seguido, he probado casi todos los tipos de platos con carne (incluyendo los pescados). Nunca he tenido ni un problema con las comidas, al contrario, siempre he tenido que esforzarme por no dejar nada en el plato. Son porciones muy grandes y ahora entiendo por qué pasa lleno y asisten muchos extranjeros (que suelen alojar en los hostales que hay por el sector).

He probado también las comidas chilenas y de las 'humitas' no hay nada que decir. A lo mejor la cazuela no es de las mejores, pero en mi caso da lo mismo, porque es una comida que detesto.

Algunas consideraciones: no se asuste si en la carta ve que le venden Ass italiano, Ass con queso, o cualquier variedad de Ass, porque simplemente es un error de redacción que nos recuerda que en Chile somos uno de los países de nuestro continente que menos domina el inglés.

Otro capricho del Menú, es que la milanesa, es sólo la de pollo, y la de vacuno se llama escalopa, aunque técnicamente no es una escalopa, ya que no está frita en batido, sino que en pan rallado, lo que corresponde a una milanesa.

A propósito de 'Milanesa', lejos recomiendo la llamada 'Terraza Full', que es la que va acompañada de dos agregados a elección, y es rellena de queso y jamón.

Las 'Chorrillanas' son algo espectacular y por cierto no desbordan de aceite. Todo perfectamente cocinado.

Los maestros tienen una especialidad que da solamente el paso del tiempo, que es dominar a la perfección sólo con la vista, el momento en que cualquier corte de carne está en su momento preciso.

En 'La Terraza' desde el par de hamburguesas con arroz, hasta el bife con 2 agregados, lo dejará con una sensación de haber comido algo delicioso y contundente.

Ahora si el hambre no es tanta, los completos en sus típicas variedades, llamados acá simplemente 'vienesas', son sabrosos, ya que como siempre he sostenido, la clave de un buen completo es la mayonesa y en 'La Terraza' es casera y contundente. Los sándwich típicos que se encuentran en cualquier parte, acá son realmente ricos. En un Barros Luco, en el papel algo tan simple como churrasco y queso, uno se da cuenta la diferencia que puede haber entre uno y otro en cuanto a sabor. Creo que en 'La Terraza' están probablemente los mejores.

Ahora viene el gran pero. No se si de manera intencional, pensando que un público importante es turista (brasileros o de habla inglesa) o quien digita las cuentas lo hace con guantes de boxeo, pero en mis idas se han equivocado en tres veces distintas en cobrarme de más o cobrar cosas que nunca comí. Yo tengo el defecto de revisar la cuenta detalladamente. La primera vez se digitaron erróneamente un par de precios. Reclamé y se arregló. La segunda vez, hasta hoy me sorprendo de lo educado que fui. Me llevaron 3 veces mal la cuenta, las tres veces o me cobraron de más o cosas que no consumí. Al último, ese día me paré y directamente fui a la caja a reclamar. La última vez que fui fue el miércoles y ¿Adivinan? Me cobraron de más.


Hay un mesero, que incluso recuerdo lo entrevistaron en 'The Clinic', por ser un personaje popular, que directamente incomoda ser atendido por él. A mi me importa cero que sea parte del inventario de 'La Terraza', un mesero al momento que le pido una Coca, no me puede bajo ningún aspecto preguntar si líquida o en polvo. Eso es ser patudo o en buen chileno 'balza'. Siempre hace comentarios de ese tipo o simplemente si te demoras en decir que quieres no tiene problemas en apurarte. Cuando va a tu mesa no esperes te lleve la carta, simplemente te preguntará que te servirás. Recomiendo no sentarse en las mesas de su sector, que lamentablemente son las que se ubican al aire libre.

lunes, 26 de enero de 2015

Tips sobre los rolls de Sushi

Se que para muchos el hacer unos buenos rolls de sushi es una verdadera prueba de paciencia. Muchas veces cometemos errores básicos que como resultado suceden cosas como al untarlos en la salsa de soya se desarman.

Algunos tips al momento de hacer los rolls:
1) Al momento de cortarlos, buscar un cuchillo con buen filo y liso, bajo ningún motivo un cuchillo serrucho. (este provoca que tarde o temprano el roll se desarme).

2) El cuchillo mojarlo en su filo antes de cortar el rolls y no moverlo hacia delante y atrás, sino un corte siempre avanzando y hundiendo. (Verá como posteriormente no se desarma y lo fácil que es cortar).

3) Cuando envolvemos el roll en alga nori, al último humedecer el alga para sellar.

4) A veces tenemos hambre y no esperamos que el arroz esté totalmente frío para armar el roll, gran error y destinado al fracaso.

5) Se han chilenizado y cada vez parecen más una albóndiga. El roll una vez cortado, tiene que ser de un tamaño pensando que se tiene que comer de un bocado, o sea que a primeras quepa en la boca entero y sin incomodidad.

6) Me encanta el queso philadelphia, pero no hay que caer en el exceso de queso, he visto algunos rolls que abusan del queso crema y eso finalmente sólo provoca la anulación de los demás sabores.

sábado, 24 de enero de 2015

'Donde Guido' (Sanguchería peruana)



Debo decir que 'Donde Guido', en su sucursal ubicada en Merced esquina Mosqueto, comí las mejores hamburguesas que he probado. Lamentablemente digo comí, porque fue en el pasado y al momento de escribir sobre lo que llegó a ser una de las mejores picadas santiaguinas, tengo que hacerlo describiendo la involución y no la evolución que ha tenido este sanguchería.

Una amada amiga, partner de la mayoría de mis comidas de las cuales finalmente escribo, un día me dijo: "Vamos a comernos una hamburguesa, vine con mi papá y está bien buena". Nunca sospeché que las hamburguesas de 'Donde Guido' serían mi lugar preferido en cuanto a satisfacer el hambre con algo rico, se refiere.

Todo comenzó hace unos 3 años. La recomendación fue que degustara una "Cheese burguer doble". Pan frica grande, dos hamburguesas, tomate, lechuga, doble queso cheddar y papitas fritas al hilo eran los ingredientes de un sandwich perfecto. Pero había un extra: la elección de las salsas, en mi caso de ajo y aceituna.

El precio valía bien la pena, incluso no importó cuando subió a 4.200 pesos. La hamburguesa tenía ese sazón tan típico peruano, condimentada de manera perfecta, se notaba que eran hechas en el lugar y con cariño. El tamaño era un factor importante, no eran como esas hamburguesas de los locales de comida rápida que casi se transparentan. El queso cheddar no era de la delgadez de una hoja de papel. El tomate y lechuga abundaban, al igual que las papitas fritos al hilo.

La recomendación vino de inmediato a mis compañeros de trabajo y poco a poco se transformó en una tradición el ir 'Donde Guido'. 

Un día en que seguramente teníamos tiempo de sobra en Vive Deportes (extinto canal de tv cable dedicado a la cobertura deportiva) veíamos CNN Chile, canal amigo y ¡Sorpresa! en una nota con las mejores picadas aparece 'Donde Guido'. No nos sorprendió, sin lugar a dudas, merecía estar en ese ranking.

El primer quiebre se produjo cuando en vez de comer en el local, pedimos las hamburguesas para llevar. Al llegar al departamento a destino y abrir con ansias esas típicas cajitas de plumavit, la decepción no fue menor al ver que nuestras 'Cheese burguer dobles' se habían reducido considerablemente en el tamaño y en la cantidad de los ingredientes.

Lamentablemente con el tiempo, pude comprobar que el tamaño se había achicado no sólo en los pedidos a domicilio, sino que ya era una constante en lo que para mi había llegado a ser un templo de las hamburguesas. Las hamburguesas ya casi no tienen ninguna diferencia con las del local del payaso feliz, el tomate y la lechuga uno puede notar que están distribuidos estratégicamente para que parezcan que es harto, cuando en verdad son dos rodajitas. El queso es menos y las papitas al hilo ya no desbordan el pan. Justamente el pan es otro aspecto. Parece que hoy compran del que viene de a 8 en una bolsa en los supermercados y que en su envase tienen dibujado un oso blanco y que por cierto 'pasan piola' por pan de canapé.

La atención lamentablemente es parte de la involución. Antes era deferente y amistosa. En mi última visita, pedí un sandwich vegetariano donde lo único rescatable eran los champiñones salteados, pues la palta 'estaba más desabrida que chupar un cubo de hielo', la atención fue casi nula. Ante cada necesidad faltó poco para que tuviera que pararme de la silla a buscar a las damas que supuestamente están para atender. 

He leído en muchas partes que el amor dura tres años, al menos en mi relación con 'Donde Guido', la máxima se cumple y hoy sólo queda preguntarme ¿Dónde está Guido?


Crédito fotografía: Food Spotting.com

domingo, 18 de enero de 2015

Café Copenhague (Las mejores empanadas fritas que he probado hasta el momento)

Uno de los mayores debates entre quienes nos consideramos fanáticos de una buena empanada es acerca de si debe llevar o no llevar 'Pasa'. La mejor forma de evitar esta disyuntiva es yendo al Café Copenhague, ubicado en pleno Barrio Brasil y directamente crear una empanada a nuestro gusto. Claro, esto porque este pequeño lugar posee un listado magnífico de ingredientes para elegir y pedir en una empanada.

El Café Copenhague, es sin lugar a dudas mi picada favorita. Tiene una treintena de variedades establecidas, más la opción de uno pedir con los ingredientes que uno quiera. Lo bueno es que es muy rara la ocasión en que se encuentra con una frase tan recurrente en otros lados: "No nos queda".

En mi caso soy sencillo y cuando voy siempre pido una de churrasco con queso de cabra (a veces le incorporo aceitunas sevillanas), aunque un par de veces una con pollo, queso crema y ciboulette no le hace mal a nadie.

Pollo, carne molida, churrasco, camarones, ostiones, machas, champiñones, queso, queso crema, queso de cabra, lomo, tomate, huevo, cebolla frita, porotos verdes, aceitunas, palmitos, espinacas, choclo, albahaca, por nombrar algunos, son los ingredientes que tiene a disposición quien acuda a este lugar.

¿Por qué soy tan fanático del Café Copenhague? Uno, porque la masa me la estiran en el momento. Los ingredientes igual, entonces como con la confianza de que no es algo que está hecho hace horas.

Segundo, hacer una empanada frita es toda una ciencia, especialmente por la masa. Si hay algo que mata una empanada, es cuando queda aceitosa. Su dueña, que atiende generalmente, maneja a la perfección los tiempos y la masa queda deliciosamente crujiente y sin exceso de aceite. De hecho otro aspecto es el dorado de la masa, que es una gran señal de una buena empanada. Una masa paliducha probablemente es el aviso de que algunos ingredientes no estén en su punto. Por el contrario una masa muy dorada, toma mucho gusto a aceite y resta sabor al interior, en esto también aprueba con creces. 

Tercero y para mi muy importante, cantidad y calidad. En cualquier restaurant en que la calidad sea muy buena, pero la cantidad es poca, no aprueba. Acá, las empanadas aparte de ser deliciosas, traen harto relleno, si se pide una con queso, no llevará una simple rodaja que al derretirse desaparece dentro de la empanada, sino que llevará queso.

Cuarto aspecto que destaco es el precio. La más simple cuesta 900 pesos (de queso) y la más elaborada 2400 pesos (churrasco, camarón, queso). Para una empanada de 22 cm, es un precio razonable. 

Si bien el local es muy pequeño (al interior tres mesas y fuera dos) y un poco desordenado, si usted acude sabiendo que asiste a una picada, la verdad es que disfrutará de la experiencia.

En mi opinión y si lee la dueña, ya debería estar pensando seriamente en la expansión y en el reparto a domicilio, aunque sea en el sector.

También está la opción de comer completos y hamburguesas, pero la verdad, teniendo una variedad de empanadas tan bien hechas y ricas, ir a comerse un italiano o una hamburguesa, es directamente un pecado.

¿Dónde? Ricardo Cumming 270.
Consumo promedio por persona: 3 mil pesos.
Consejo: Si va en hora punta (Entre 19:30 y 21 horas), hay que tener un poco de paciencia, pues, el local ya se ha hecho una gran imagen entre los que acuden al Barrio Brasil y la demanda es alta, así que por ahí la espera es más de lo normal (Unos 30 minutos), que en todo caso bien valen la pena esperar.

sábado, 10 de enero de 2015

'La Negrita' (Hamburguesas, arepas y jugos colombianos)

Si hay un concepto que me gusta en cuanto a comidas, y que al escucharlo le da una plusvalía a lo que voy a degustar, es el de "picada". 

'La Negrita' cumple totalmente mi concepto de "picada" donde la verdad da lo mismo que el espacio sea pequeño, dado que al comer, los sabores inundan los sentidos.

Me confieso poco fanático de la Arepa, pero en 'La Negrita', conscientes de que es clave con que se acompaña, han creado cuatro variedades que hacen grata la experiencia de comer una.

Para los comensales chilenos nuevos en los platos colombianos, la Arepa es una masa que se hace con harina de maíz, es decir es un gusto parecido a la polenta.

'Caleña' (con pollo, chorizo, queso y huevo de codorniz), 'Opita' (huevos revueltos, jamón y queso), 'Vegetariana' (zanahoria, tomate, queso y huevo de codorniz) y 'Paisa' (carne molida, tocineta, queso y guacamole) son las variedades de arepa.

También hay hamburguesas con el toque colombiano, al igual que nuestros completos, que en la carta son llamados hot dogs, aunque en el país del vallenato se conocen como 'Perros calientes' o directamente 'Perros'. Todos vienen con papitas fritas en hilo y banana en forma de chips, tal y como corresponde a un real 'Perro colombiano'.

Al llegar el plato a la mesa con una 'Arepa Paisa', el primer pensamiento es: "quedaré con hambre". Visualmente parece un plato simple, pero he ahí la mayor sorpresa (grata por cierto). Al primer bocado uno siente el sabor a maíz de la arepa, también nota una preparación muy bien aliñada de la carne molida y no aceitosa, que es donde muchos se caen. El queso tiene sabor, no pasa desapercibido, aunque se hace poco. El punto más bajo es en el guacamole. Tengo la seria sospecha que era de esa pasta de palta, que uno encuentra en las estaciones de servicio cuando compra un hot dog. Era un guacamole con ausencia de tomate y se exagera en el ajo (en polvo). El menú decía que incluía tocineta. La verdad no la vi. 

A pesar del detalle del guacamole, aprueba. Sus sabores son sabrosos y finalmente el prejuicio de quedar con hambre, queda sólo en un muy errado pensamiento.

Cuenta con jugos de las frutas colombianas que uno puede disfrutar al visitar Medellín, Cali, Bogotá, Barranquilla, Cartagena de Indias, etc. Tomate de árbol, Guayábana, Piña, Mora, Mango, Papaya (a no equivocarse, no es la nuestra, es una más amarga que en mi caso no me gusta), Lulo, etc, son algunos de los sabores disponibles tanto en agua como en leche. 

Soy un enamorado de la Postobón (una bebida gaseosa) y tienen dos sabores: manzana rosada y uva. Recomiendo a ojos cerrados la primera. Adictiva.

El local es chico, tres mesas dentro y dos fuera. Las sillas un poco incómodas para comer. La decoración con banderas colombianas y sombrero volteao cumple. 

La atención normal, la espera no es larga y eso se agradece. Un poco caluroso, un ventilador pequeño sería útil. Los precios no son caros. 

¿Dónde? Seminario 116, Providencia (Seminario con Rancagua).
Consumo promedio por persona: 4.000 pesos.
Horario: 19:00 a 00:00 horas.
Posee reparto a domicilio.
Facebook: La negrita comida rapida colombiana