Uno de los mayores debates entre quienes nos consideramos fanáticos de una buena empanada es acerca de si debe llevar o no llevar 'Pasa'. La mejor forma de evitar esta disyuntiva es yendo al Café Copenhague, ubicado en pleno Barrio Brasil y directamente crear una empanada a nuestro gusto. Claro, esto porque este pequeño lugar posee un listado magnífico de ingredientes para elegir y pedir en una empanada.
El Café Copenhague, es sin lugar a dudas mi picada favorita. Tiene una treintena de variedades establecidas, más la opción de uno pedir con los ingredientes que uno quiera. Lo bueno es que es muy rara la ocasión en que se encuentra con una frase tan recurrente en otros lados: "No nos queda".
En mi caso soy sencillo y cuando voy siempre pido una de churrasco con queso de cabra (a veces le incorporo aceitunas sevillanas), aunque un par de veces una con pollo, queso crema y ciboulette no le hace mal a nadie.
Pollo, carne molida, churrasco, camarones, ostiones, machas, champiñones, queso, queso crema, queso de cabra, lomo, tomate, huevo, cebolla frita, porotos verdes, aceitunas, palmitos, espinacas, choclo, albahaca, por nombrar algunos, son los ingredientes que tiene a disposición quien acuda a este lugar.
¿Por qué soy tan fanático del Café Copenhague? Uno, porque la masa me la estiran en el momento. Los ingredientes igual, entonces como con la confianza de que no es algo que está hecho hace horas.
Segundo, hacer una empanada frita es toda una ciencia, especialmente por la masa. Si hay algo que mata una empanada, es cuando queda aceitosa. Su dueña, que atiende generalmente, maneja a la perfección los tiempos y la masa queda deliciosamente crujiente y sin exceso de aceite. De hecho otro aspecto es el dorado de la masa, que es una gran señal de una buena empanada. Una masa paliducha probablemente es el aviso de que algunos ingredientes no estén en su punto. Por el contrario una masa muy dorada, toma mucho gusto a aceite y resta sabor al interior, en esto también aprueba con creces.
Tercero y para mi muy importante, cantidad y calidad. En cualquier restaurant en que la calidad sea muy buena, pero la cantidad es poca, no aprueba. Acá, las empanadas aparte de ser deliciosas, traen harto relleno, si se pide una con queso, no llevará una simple rodaja que al derretirse desaparece dentro de la empanada, sino que llevará queso.
Cuarto aspecto que destaco es el precio. La más simple cuesta 900 pesos (de queso) y la más elaborada 2400 pesos (churrasco, camarón, queso). Para una empanada de 22 cm, es un precio razonable.
Si bien el local es muy pequeño (al interior tres mesas y fuera dos) y un poco desordenado, si usted acude sabiendo que asiste a una picada, la verdad es que disfrutará de la experiencia.
En mi opinión y si lee la dueña, ya debería estar pensando seriamente en la expansión y en el reparto a domicilio, aunque sea en el sector.
También está la opción de comer completos y hamburguesas, pero la verdad, teniendo una variedad de empanadas tan bien hechas y ricas, ir a comerse un italiano o una hamburguesa, es directamente un pecado.
¿Dónde? Ricardo Cumming 270.
Consumo promedio por persona: 3 mil pesos.
Consejo: Si va en hora punta (Entre 19:30 y 21 horas), hay que tener un poco de paciencia, pues, el local ya se ha hecho una gran imagen entre los que acuden al Barrio Brasil y la demanda es alta, así que por ahí la espera es más de lo normal (Unos 30 minutos), que en todo caso bien valen la pena esperar.
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